Esta es una historia compartida, que se irá creando poco a poco y mediante el teclear de todos aquellos que nos reunimos en este rinconcito. ¿te interesa la historia?, ¿quieres continuarla?, solo tienes que afilar tus dedos y darle a las teclas ;).
La lluvia resbala por las hojas del viejo arce y se amontonan a sus pies formando un manto de tonos otoñales, amarillos, naranjas y marrones, mientras yo me dedico a contemplar el patio desde la ventana del aula. El murmullo, casi un ronroneo de la lectura de la profesora me adormece y me lleva lejos. Me gusta esa clase y me gusta la profesora Doran hasta el punto de que gracias a su tranquila lectura he logrado sumirme en un letargo apacible, alejado de mí caótica cabeza pensante.
Últimamente estoy bastante sola, "soñando despierta sin que nadie me moleste con asuntos triviales" me digo a mí misma. La mirada triste y el vestuario acorde al estado anímico no ayudan a entablar demasiadas relaciones, pero tampoco importa, a fin de cuentas las clases están para aprender y para eso, no necesito a nadie.
Todo eso está muy bien, hasta que resuena una voz en mi cabeza y el coro de grajos que revolotean sobre su popularidad. Entonces pienso que no me hace tanta gracia estar sola y que soy incapaz de llevar todo esto sin alguien con quien desahogarme, me entristezco y vuelvo a mirar por la ventana del aula.
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